El Nervión 15-4-1936
Diario oficial de avisos de Madrid 30-7-1882
El Sol. 10-5-1932
15-5-1936



LA PRISIÓN DE TABACALERA
La Prisión habilitada en Tabacalera en Santuchu ocupaba un terreno que anteriormente alojó una pequeña fábrica de tabacos (1878-1936) que existió en Bilbao, junto a la ermita de San Francisco, constituía un amplio recinto amurallado de cinco hectáreas que se situaba entre la mina del Morro y la calle Santutxu, justo subiendo la cuesta de Zabalbide a Santutxu . Es hoy la barriada “Párroco Unceta” que se construyó entre los años 1947-1950 en el solar resultante y todavía conocida en el barrio como las “Casas de la tabacalera”.
La fábrica ocupó un edificio anterior propiedad de la Diputación, utilizado como refugio y cuartel durante la última guerra carlista. El inmueble quedó vacío y finalmente, fue cedido para utilidad de la fábrica de tabacos la Compañía Arrendataria de Tabacos, ésta decidió cerrar la fábrica de Bilbao en abril de 1936. El edificio era pequeño y obsoleto para las nuevas exigencias de modernización de la producción.
Foto del archivo de la fundación Altadis
Foto del archivo de la fundación Altadis
Las cigarreras del barrio de Santutxu
Las cigarreras del barrio de Santutxu. Artículo de Arantza Pareja Alonso
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
LAS CIGARRERAS EN HUELGA
Publicado en 15 noviembre, 2015
Un frío día de Febrero del año 1889 saltó la noticia en el NOTICIERO BILBAINO de las pésimas condiciones laborales a las que estaban sujetas las sufridas cigarreras. Aquellas trabajadoras de la Compañía Tabacalera en Santutxu realizaban jornadas de 13 horas bajo una presión inhumana.
La Compañía les obligaba a producir cada quince días 34 millones de cigarrillos.
Tamaña exigencia les impedía librar los domingos y festivos, lo que agravaba la situación de aquellas pobres mujeres.
El 8 de Marzo las cigarreras se amotinaron provocando tal revuelo que el administrador de la fábrica tuvo que llamar a los carabineros, quienes a su vez avisaron a la Guardia Civil para intentar contener la furia de las explotadas trabajadoras.
El administrador entró en pánico y se arrojó a la calle por una ventana situada a ocho metros del suelo. Afortunadamente solo se dislocó el tobillo y se rompió el abrigo.
El motivo del motín no fue otro que el descontento generalizado pero, sobre todo, el hecho de que, el susodicho del tobillo accidentado, llevaba varios días echando para atrás la producción de cigarrillos elaborados por estas mujeres, alegando que no tenían calidad.
Ante tales hechos fue necesaria la presencia del Gobernador Civil.
La Tabacalera, con sede en Madrid, decidió cerrar la fábrica hasta nueva orden.
Esos días en Bilbao no se hablaba de otra cosa. Fueron muchos los que andaban preocupados por el futuro de la empresa y, por supuesto, los fumadores estaban nerviosos ya que temían un posible desabastecimiento y el consiguiente síndrome de abstinencia.
Cinco días después se solucionó todo, reabriéndose la fábrica y, la compañía, se comprometió a mejorar las condiciones laborales y a proveer a estas mujeres de papel de mayor calidad para que elaboraran los cigarros que, según habían denunciado, los malos resultados se debían a la baja calidad de aquellos papeles con los que liaban el tabaco.
A veces parece que no ha pasado el tiempo ¿No os parece?